El peso mexicano ha sido una de las monedas más volátiles en los mercados emergentes, y su desempeño en 2024 ha sido un reflejo de los desafíos económicos y políticos que enfrenta México. Según los medios de comunicación, “la moneda cerró el año con una devaluación cercana al 20% frente al dólar estadounidense, revirtiendo una tendencia de fortaleza que había caracterizado a la moneda en años recientes”. Con la llegada de 2025, hay muchas preguntas sobre cómo se comportará esta moneda clave en el contexto de una economía global incierta. En este artículo, exploraremos las proyecciones para el peso mexicano, analizando factores internos y externos que podrían influir en su valor.
Factores internos que influencian el peso mexicano
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Economía mexicana en 2024
En 2024, la economía mexicana mostró signos de fortaleza, con un nivel histórico de recaudación y reservas. Sin embargo, también enfrentó desafíos significativos, como una sequía extrema en el norte del país que afectó negativamente al sector agrícola. A pesar de estos desafíos, la economía mexicana creció un 1.5% anualmente.
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Política monetaria
El Banco de México ha mantenido una política monetaria restrictiva para controlar la inflación, lo que ha resultado en tasas de interés elevadas. Esta postura ha tenido un impacto en el tipo de cambio del peso, ya que el diferencial con las tasas de la Reserva Federal perdió atractivo a medida que Estados Unidos también mantuvo una postura monetaria agresiva.
Factores externos que influencian el peso mexicano
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Desempeño de la economía estadounidense
La economía de Estados Unidos tiene un impacto significativo en el peso mexicano debido a la estrecha relación comercial entre ambos países. Si la economía estadounidense se desacelera, la demanda de productos mexicanos disminuye, lo que afecta negativamente al peso. Por ejemplo, la reciente revisión de las cifras del Bureau of Labor Statistics mostró una debilidad en el mercado laboral estadounidense, lo que ha contribuido a la depreciación del peso mexicano.
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Políticas monetarias globales
Las políticas monetarias adoptadas por otros países también influyen en el peso mexicano. Por ejemplo, el aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos puede atraer capitales hacia EE.UU., debilitando el peso mexicano. Además, la postura del Banco de Japón y otros bancos centrales también puede afectar la volatilidad del tipo de cambio.
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Eventos geopolíticos
Las tensiones geopolíticas y los conflictos comerciales entre países también tienen un impacto en el peso mexicano. La pandemia y las disputas comerciales entre Estados Unidos y China, por ejemplo, han impulsado el nearshoring, que es, según el Foro Económico Mundial, “relocalizar las operaciones de las empresas en un país cercano, con la posibilidad de aumentar la producción, disminuir los tiempos de entrega, y servir como un pulso para medir la economía del país a donde se migró”; lo que podría beneficiar a la economía mexicana. Sin embargo, la falta de inversión en infraestructura y los cambios institucionales en México podrían menguar estos beneficios.
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Expectativas de crecimiento económico global
Las expectativas de un crecimiento económico más lento a nivel mundial también pueden presionar al peso mexicano. Los inversores tienden a buscar refugio en activos considerados más seguros, lo que puede llevar a una salida de capitales de México y a una depreciación de su moneda.
Proyecciones para el peso mexicano en 2025
A medida que avance el 2025, diversos factores serán determinantes en la evolución del peso mexicano y su desempeño frente a otras monedas.
- Política monetaria: el Banco de México podría optar por recortar gradualmente las tasas de interés si la inflación continúa cediendo. No obstante, estos movimientos dependerán en gran medida de las decisiones de la Reserva Federal de EE. UU. y la fortaleza del dólar, que seguirán marcando la pauta en los mercados financieros.
- Comercio y remesas: el comercio bilateral con Estados Unidos continuará siendo un motor esencial para la economía mexicana. Paralelamente, las remesas, que alcanzaron un récord de 65,000 millones de dólares en 2024, seguirán representando una fuente crucial de divisas, contribuyendo a la estabilidad del tipo de cambio.
- Riesgos de desaceleración global: México no es inmune a los efectos de una posible desaceleración económica mundial, impulsada por el enfriamiento en economías avanzadas como Estados Unidos y la Unión Europea. Esta situación podría reducir la demanda de exportaciones mexicanas, afectando particularmente a sectores clave como el automotriz y el manufacturero.
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- Relocalización de cadenas de suministro: el fenómeno del nearshoring, resultado de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, podría favorecer a México como destino estratégico para la relocalización de cadenas de suministro. Sin embargo, para aprovechar esta oportunidad, el país necesitará realizar mejoras estructurales que incrementen su competitividad y atraigan inversión extranjera.
- Factores geopolíticos: los conflictos en Europa del Este y Medio Oriente mantienen la incertidumbre en los mercados globales, elevando la aversión al riesgo. Esto podría traducirse en mayor volatilidad para economías emergentes como la mexicana.
El peso mexicano enfrenta un año desafiante en 2025, con factores internos y externos que podrían influir en su valor. Sin embargo, con una economía fuerte y una política monetaria adecuada, México tiene el potencial de superar estos desafíos y mantener la estabilidad de su moneda.
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